jueves, 20 de agosto de 2015

La arquitectura



La superficie total  es de 25.000 m2, de los cuales 14.000 están dedicados a zona de exposición. Su configuración estructural obedece a tres necesidades básicas: el contacto visual con los monumentos de la Acrópolis, la exhibición total de la escultura arquitectónica del Partenόn, y la adaptación del edificio a las excavaciones arqueológicas realizadas en su base.




Entrada al museo
El contacto visual entre las esculturas del Partenόn expuestas en el Museo y el propio monumento se consigue gracias a las fachadas de cristal de la “Sala del Partenόn”, que ofrecen también vistas a las colinas históricas de las inmediaciones y a la ciudad moderna. En el interior de la “Sala del Partenόn”, se halla ubicado un núcleo rectangular de hormigón –de las mismas dimensiones y orientación que la cella del propio Partenón–, especialmente diseñado para exponer en su totalidad el gran friso del templo. 










En su base, el Museo da la sensación de estar flotando, pues se halla suspendido sobre más de cien pilares, ofreciendo así una imponente cubierta protectora para el yacimiento arqueológico.




Rampa de cristal transparente sobre las excavaciones
arqueológicas en el lobby del Museo de la Acrópolis
Se ha construido sobre pilotes para preservar e integrar en el nuevo edificio los importantes restos arqueológicos que se encontraron al excavar los cimientos.


El proyecto del arquitecto franco-suizo Bernard Tschumi se ha inspirado en los conceptos matemáticos de la Grecia clásica.


Entrada principal al museo de la Acrópolis

En primer plano, la planta superior del museo, iluminada de noche, expone la decoración escultórica del Parternón.




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